La maestra Patricia Ordoñez Garduño, ejemplo de superación y vocación de servicio

La maestra Patricia Ordoñez Garduño, quien imparte clases frente a grupo en la Telesecundaria 389, de la comunidad El Tejocote de Puruagua, perteneciente al municipio de Jerécuaro, sobresale por su labor educativa comprometida, creativa, humana, con un gran sentido de vocación y servicio, además de proactiva, para beneficio de su escuela.

“Yo desde muy pequeña me surgió el deseo de ser docente, por la motivación que existió en la primaria, por algunos docentes que me motivaron y siempre quise ser maestra”, dijo Patricia Ordoñez. Para ella, ser docente es una enorme satisfacción, comenta que en su trayectoria ha tenido grandes experiencias y aprendizajes con cada uno de sus alumnos y alumnas que ha tenido, señala que ella transmite sus conocimientos para que sus educandos tengan un buen desarrollo académico y en un futuro tengan una mejor calidad de vida.

La maestra Paty, como le dicen sus alumnos, es originaria del municipio de Epitacio Huerta, del estado de Michoacán, en donde estudió hasta la preparatoria, posteriormente por falta de recursos tuvo que migrar al estado de Querétaro, ahí se empleó durante 2 años, posteriormente regreso a su lugar de origen para ingresar a CONAFE, donde trabajo como instructora comunitaria.

Estando en CONAFE le surgió la oportunidad de retomar sus estudios, fue cuando ingreso a la Universidad Continente Americano, del municipio de Acámbaro, estudio la Licenciatura en Educación Secundaria con especialidad en Inglés.

“Ser maestra me hace sentir dichosa, creo que es necesario tener vocación para trabajar en esta área, vocación de servicio y de entrega a los demás, a veces las recompensas no son económicas, la recompensa es la satisfacción de ver los logros y aprender también de nuestros alumnos”.

Después de egresar de la universidad estuvo en interinato dentro de esta misma región, después de ahí realizo un examen y obtuvo la base en la Secretaría de Educación de Guanajuato, hace 8 años.

La maestra Patricia Ordoñez, vive en el municipio de Epitacio Huerta, Michoacán y día con día se desplaza a la comunidad de El Tejocote de Puruagua, una de las comunidades más alejadas del municipio de Jerécuaro, Gto.

Ella comparte que tiene que cruzar la sierra para llegar a dar clases a su escuela y el camino de terracería que transita para llegar es un camino complicado, hay muchos baches y está un arroyo a un costado de la carretera, en épocas de lluvias explica que se pone un poco peligroso, ya que se ha llegado a deslavar el cerro.

Sin embargo y a pesar de ello, refiere se encuentra muy contenta y satisfecha ¨dando clases en su escuelita¨, porque comenta que los jóvenes en la comunidad son muy educados y tienen la cultura del respeto a la figura docente. ¨Es una comunidad muy pequeña, pero siempre he estado con ese compromiso, que las y los alumnos que asisten a mi escuela se superen¨.

Dentro de las experiencias más enriquecedoras que le han tocado vivir, nos compartió la de un joven que fue su alumno, comenta que se enteró de este chico de nombre Christian, quien había abandonado la escuela después de haber terminado la primaria y sus padres ya no lo inscribieron, porque ellos referían que en primaria no había aprendido ni lo básico, ya que tenía un problema de lento aprendizaje.

Después de haber insistido, logro que Christian regresara a la escuela y con eso ella se sintió muy comprometida con él y sus padres, explica que ¨con paciencia, empeño, perseverancia, dedicación y mucho amor, mi niño logro aprender a leer de manera muy fluida, a sumar, restar, dividir, se le quitó el temor y la pena de hablar en público y saber expresarse, logrando concluir la secundaria¨, la maestra Paty refiere que, se alegra de ver que es una persona independiente y en el presente logro obtener un empleo, platica que lo sigue viendo y cada que tiene oportunidad lo saluda y plática con él.

¨Siempre seguiré dando clases, porque es lo que me gusta y es una actividad y empleo muy gratificante para mí, ha sido un camino lleno de experiencias, logros y también muchos aprendizajes¨.

Con historias como estas se refrenda y engrandece la labor tan loable que realizan las y los maestros con vocación de servicio, docentes que coadyuvan a las y los padres de familia a educar y formar niñas, niños y jóvenes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *